SITIOS DE INTERÉS
ESCUELA ESCALONES .
ESCUELA ESCALONES .
PANORAMA
En la zona alta del paisaje de la vereda se observan parches de pastos, combinadas con cultivos de papa y pequeños relictos de matorrales nativos, además de plantaciones forestales de pinos y eucaliptos. La topografía es variada entre ondulada a quebrada y las pendientes se presentan entre los 20° a más de 60°, sin embargo en algunos sectores es superior.
La textura del suelo en la vereda es variable. En la zona baja de la vereda presentan textura arcillosa y arenosa, mientras que en la parte alta los suelos son francos y varían de color gris a oscuro combinados suelos arenosos.
La vereda está atravesada por una vía la cual establece comunicación entre las veredas y el casco urbano, así como con la vereda Tras del Alto del municipio de Tunja.
LIMITES
Ubicada en la parte oriental del municipio de Cucaita, limita por el norte con el municipio de Tunja y la vereda Cuesta en Medio. Al oriente con el municipio de Tunja, a al sur con la vereda de Pijaos y al occidente con la vereda de lluviosos.
SITIOS DE INTERES
LOS JEOGRIFICOS Y LA PIEDRA DEL SOL
En la peña de los escalones hay una parte completamente inaccesible en forma de pared de color amarillo adornada con penachos de bejucos y musgos que caen entre arbustos de diversa clase y a la vez protegen unas pinturas en forma de huellas de manos como de hombres gigantes de color rojo. La pintura utilizada a pesar del largo estirar del tiempo es bien visible además hay otras figuras de animales y objetos inidentificables. Nadie hasta la fecha a excepción del Padre Dominico Santamaría, se a dedicado a estudiar estos petroglifos para interpretar los mensajes que pueden estar allí ocultos y la calidad de cultura que estos símbolos pueden reflejar. La piedra del sol es una inmensa roca cuadrada de aproximadamente unos 20 metros de volumen la leyenda dice que los indígenas sacrificaban allí victimas para adorar al sol. Aquel lugar era tal vez una especie de tabernáculo para adorar al astro rey. En la superficie hay unos huecos grandes, supuestamente para recoger el agua y lluvia en el costado que mira hacia el abismo se pueden apreciar algunos indescifrables jeroglíficos. La tierra donde estaba apoyada la roca es arenosa como sii allí debajo hubieren enterrado a algunos humanos. Esa gran piedra se desprendió de la peña y efectivamente mato a varios de sus primitivos moradores. La peña se hubiera derrumbado toda si no hubiera llegado a tiempo su Dios quien le puso la mano y la detuvo impidiendo de esa forma seguir castigando a los desobedientes indios esa es la mano que aparece pintada con tintas indelebles de composición desconocida.
CAMINOS DE LOS ESCALONES
El camino real que conducía de Tunja a Chiquinquirá era vía obligada pues no había carreteras por esta región. La vía tenía sitios muy riesgosos como éste de los Escalones donde la Peña fue cortada por el tiempo para paso al camino en forma de gradas o escalones. El lugar es muy escarpado y de difícil acceso. Existían como garitas vigilantes dos grandes casonas: una bajo la peña y otra sobre ella, donde la gente descansaba, tomaba guarapo y alimentos para seguir la jornada. Los transeúntes normalmente eran loceros que traían sus vasijas de barro de Ráquira, asiduos promeseros que iban en romería a visitar a la Virgen de Chiquinquirá, peregrinos que piadosamente bajaban a Cucaita a pedir la salud de sus ojos a la patrona Santa Lucia y finalmente algunos ocasionales negociantes que marchaban hacia Vélez, Santa Sofia, Leyva y lugares circunvecinos.
Al no existir carreteras el trayecto se hacia a en cabalgaduras. La carga generalmente se trasportaba a lomo de mulas de bueyes o de burras; sin embargo algunos aguerridos viajeros se atrevían a llevar la carga sobre las espadas en mochilas sujetadas a la frente o al pecho con cinchas fardos o pretales.
DOS LOCEROS EN LOS ESCALONES. (CUENTO)
Una pareja de loceros ya viejitos, se dirigía al mercado de Tunja , todos los viernes, desde la solitaria Ráquira. Acostumbraban a descansar casi en el filo del picacho de Los Escalones. En cierta ocasión el viejo, muy fatigado y sudoroso , descargo su pesada mochila de loza sobre una piedra y se sentó a su lado. La vieja, sobre cuyas mejillas y húmedas se deslizaban como roció algunas gruesas gotas de sudor, hizo lo mismo, deposito su pesada carga a la vera del camino real. Compasiva y cariñosa quiso enjuagarle el sudor de la frente de su marido con sus enaguas de debajo. Se alzó las faldas para secarlo, el hombre pacientemente se dejo mimar de la vieja en ese instante la bola de loza rodó peña abajo haciendo gran estruendo y dejando un reguero de tiestos a su paso. Los viejitos desconsolados, se levantaron con desilusión hacia el abismo, recogieron sus pretales y lentamente se acercaron a la tienda de los Escalones a tomar guarapo. Mas tarde, regresaron con las manos y el estómago vacíos a su pueblo natal.